Cuatro riesgos contra la dolarización en el Acuerdo con el FMI (Andrés Aráuz)

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Luego de leer y releer, analizar la consistencia de cada dato del Acuerdo con el FMI, me atrevo a plantear para el debate cuatro riesgos concretos de desdolarización junto con planteamientos alternativos para evitar ese escenario.

  1. Escasez de reservas – riesgo de desdolarización por default de pagos internacionales.
  2. Eliminación del ISD – riesgo de desdolarización por ataque especulativo.
  3. Recesión generalizada – riesgo de desdolarización por crisis bancaria.
  4. Devaluación interna – riesgo de desdolarización por falta de viabilidad social.

Pero primero, una reflexión rápida sobre la desdolarización. No soy entusiasta de la dolarización ni la recomendaría a nadie, pero reconozco que plantea un marco favorable para evitar ataques especulativos y brotes inflacionarios generalizados. También aporta con certidumbre de mediano y largo plazo, muy importante para la inversión. Sin embargo, la apreciación e inflación masiva en los primeros años de la dolarización generó una path-dependency inercial de constante apreciación del tipo de cambio real en la que nos quedamos totalmente expuestos a las devaluaciones de los vecinos, a crónicos déficit de cuenta corriente no petroleros con los vecinos y a un enorme flujo de lavado de narcodólares de los vecinos.

La dolarización es un marco favorable para evitar ataques especulativos principalmente porque la especulación cambiaria ya no existe, que sumada a la regulaciones a la cuenta de capitales de una dolarización creativa como la tasa Tobin -el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD)- y la irrelevancia del mercado bursátil accionario consolidan un cierto blindaje en contra de los ataques especulativos más comunes. Hoy por hoy, la principal vulnerabilidad viene dada por ataques especulativos a los precios de los bonos de deuda externa (el famoso “riesgo país”) y a los precios de nuestros commodities de exportación.

La dolarización, por la enfermedad holandesa que viene incorporada a ella, profundiza la estructura económica primario-exportadora y secundario-importadora. La dolarización es una de las causas de la profundización de la depredación y exportación de la naturaleza. Más allá de cualquier muletilla, si queremos preservar la dolarización sin acabar con la naturaleza, se debe impulsar la competitividad sistémica mediante agresivas inversiones productivas en infraestructura, energía y, fundamentalmente, talento humano que tornen irrelevante al tipo de cambio. Y eso requiere un esfuerzo sostenido de aproximadamente 20 años.

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La dolarización es un contrato social sobre la unidad de cuenta en la cual llevamos nuestras transacciones, contabilidad y registros. Todas las otras reglas que supuestamente la acompañan en realidad no son necesarias: la dolarización puede ser ortodoxa o creativa. La dolarización per se no depende de ninguna variable económica; aún en crisis, la decisión de permanecer o desdolarizar es absolutamente política. Dicho esto, si la unidad de cuenta es demasiado rígida y causa inmenso dolor a la sociedad ecuatoriana, el contrato social se quiebra y recién ahí se vuelve políticamente viable una desdolarización. Para entender los alcances psico-sociales del dólar, basta con ver dos ejemplos actuales: la crisis griega fue de inmensas proporciones pero no quebró el contrato social y político de adherencia al euro; la (segunda) crisis zimbabweana es de tal proporción que quebró la adhesión social y política a la dolarización.

¿Qué consecuencias sociales y políticas podrían quebrar el contrato social de la dolarización? De la minuciosa revisión del acuerdo con el FMI, planteo cuatro.

Escasez de reservas – riesgo de desdolarización por default de pagos internacionales.

El FMI proyecta que ingresarán (neto) al Ecuador +$5,4 mil millones de capitales privados hasta el 2022. Con eso proyecta que alcanzaremos reservas internacionales de $11,8 mil millones en 2022. Este Observatorio proyecta que, en el escenario optimista, habrá una salida (neta) de -$4,5 mil millones de capitales privados hasta el 2022. Esto implica reservas de apenas $1,9 mil millones al 2022. Con un nivel tan bajo de reservas será imposible cubrir las obligaciones internacionales de deuda externa pública, importación de combustibles y, a la vez, importaciones del sector privado. Si el Banco Central llega a un momento de cesación de pagos, sí podría darse un rompimiento del contrato social respecto a la dolarización.

Para evitar llegar a ese momento, primero es importante visibilizar que las proyecciones del FMI son peligrosamente engañosas y buscar otras opciones de ingreso de capitales. Segundo, se debe mitigar la salida de capitales mediante medidas regulatorias como se hizo en la época de la dolarización creativa – justamente lo opuesto a lo que se establece en la carta de intención con el FMI. Tercero, se debe reimpulsar el dinero electrónico para que el Banco Central capte una parte de los $15 mil millones en circulante para aportar a la reconstitución de las reservas internacionales.

Eliminación del ISD – riesgo de desdolarización por ataque especulativo.

El gobierno ofreció eliminar el impuesto a la salida de dólares y el FMI le dio plazo hasta marzo de 2020. El informe del FMI indica que el gobierno ofreció que llegarán capitales privados una vez que no esté vigente el ISD. Como hoy en día el ISD no rige para los capitales productivos (inversión extranjera directa ni mayores a un año plazo), el gobierno se refiere a capitales privados golondrinas. Hoy, los capitales golondrinas no vienen porque, si no se quedan un buen tiempo, salir al vuelo les costaría demasiado. Esto quiere decir que el gobierno y el FMI abrirán las puertas a capitales especulativos a beneficiarse de tasas de interés altas en dólares… pero que podrían salir del país en cualquier momento. Esto ya le pasó a la Argentina de Macri en lo que se conoció como “la traición de JP Morgan” (y al Ecuador de Sixto/Dahik cuando hubo el conflicto del Cenepa). Cuando salen esos capitales en cantidades gigantescas y sin previo aviso, no solo que el país se queda sin liquidez en dólares, sino que el banco que había recibido esos capitales se queda mal parado, el resto se entera y se genera una crisis financiera generalizada – como ya le pasó a la Argentina de Macri (y al Ecuador de Sixto/Dahik y Mahuad) -.

Para evitar esto, en primer lugar, se debe impedir a toda costa la propuesta del hoy viceministro de economía, que junto con otros especuladores profesionales, plantearon que Ecuador se convierta en un “centro financiero offshore” – propuesta que circuló a inicios de 2018. Es decir, hay que evitar que la Asamblea apruebe la Ley Trole 4 (conocida en el gobierno como Ley de Fomento “Productivo” 2) donde buscan exonerar de impuestos a las ganancias especulativas extranjeras. Segundo, hay que evitar que se elimine el impuesto a la salida de dólares -en el peor de los casos se lo debe dejar a 2.5% para que siga teniendo el efecto disuasivo-. Tercero, se debe regular agresivamente para prohibir que bancos ecuatorianos capten depósitos extranjeros de corto plazo; hay que poner buenos controles para evitar que los capitales extranjeros se disfracen de ecuatorianos. Cuarto, jamás se debe confiar en especuladores profesionales como socios de un proyecto de país.

Recesión generalizada – riesgo de desdolarización por crisis bancaria.

El FMI proyecta reducción del tamaño de la economía, aumento continuo de despidos, reducción de salarios, aumento reiterado del desempleo, reducción sustancial del consumo y desaceleración agresiva del crédito. La consecuencia de esto será una recesión generalizada en el Ecuador. Si la recesión llega a ser demasiado profunda, la tasa de morosidad en la banca aumentará significativamente y los bancos o cooperativas más débiles se verán afectadas. El FMI anticipa que habrán impactos en el sistema financiero. Ojalá ninguna entidad quiebre, porque si algún banco empieza quebrando…

Como la esencia del acuerdo es generar una recesión generalizada (el FMI lo admite y lo llama “vientos en contra el crecimiento”), si se quiere evitar este desenlace, hay que paralizar la ejecución del Acuerdo con el FMI, cambiar al Ministro de Finanzas y dar un giro radical en las economía y finanzas públicas como Portugal para retomar una senda de crecimiento. En las proyecciones del mismo FMI, dice que si se seguía el patrón de dolarización creativa que dejó el gobierno anterior y no se aplicaba el ajuste fiscal Moreno/FMI, la economía ecuatoriana hubiese crecido entre el 5% y el 8% entre 2019 y 2022.

Devaluación interna – riesgo de desdolarización por falta de viabilidad social.

El FMI dice que la dolarización tiene apoyo popular y viabilidad social. Y luego dice que el hecho que el Banco Central del Ecuador financió al Gobierno Nacional casi rompe con la dolarización. Esto se contradice diametralmente con lo manifestado por el ex ministro Carlos de la Torre, quien dijo que si no se hacían esas operaciones se caía la dolarización. Para el FMI el “fundamento institucional” de la dolarización es – como lo decía la el artículo 1 de Ley Trole 1 del año 2000 – la “libre transferibilidad de divisas al exterior”. Para los ecuatorianos, el fundamento institucional de la dolarización es el contrato social: el “apoyo popular” y la “viabilidad social” a la cual se refiere el FMI. Si con el shock petrolero/terremoto de 2015/2016 el Banco Central no financiaba al Gobierno Nacional, el país hubiese sufrido una hecatombe por el colapso de la cadena de pagos. Eso hubiese causado que se quiebre el contrato social de la dolarización.

En el Acuerdo Moreno/FMI, se comprometen a reformar las leyes para que nunca más el Gobierno Nacional reciba financiamiento del Banco Central. En la Trole 3 ya incluyeron la prohibición a pesar de las advertencias de este Observatorio. Es decir, si viene un nuevo shock petrolero o un desastre natural, sí se dará una hecatombe de la economía nacional por el colapso de la cadena de pagos.

Pero además, el Informe del FMI concluye -de forma poco profesional- que el tipo de cambio real está sobrevalorado en 31% y que la principal causa de ello es el aumento sostenido del salario mínimo. El FMI propone que los salarios públicos y privados se reduzcan para recuperar el “equilibrio”. Pero ese no es el único camino, alternativas hay como el CAT+ para importaciones, o un mercado secundario de cupos de importación en el marco de una salvaguardia de balanza de pagos. Pero… ya hemos visto reducciones en el sector público, incluyendo los estipendios de los internos de medicina (justamente el 31%). Cuando esto afecte a la mayoría de la sociedad, la pregunta será: ¿está dispuesta a defender la dolarización ortodoxa con la reducción del 31% de su sueldo?

Confirmado.net / Observatorio de la Dolarización

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