De venganzas y devengantes (O) Pablo Izquierdo Pinos

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La formación continua forma parte de la vida de los médicos. La propia naturaleza de la profesión, los adelantos tecnológicos o científicos, hacen imprescindible optar por una especialidad. ¿Qué es “devengar” una beca?: “derecho a una cantidad de dinero como pago por su trabajo”, no lo asumido: “trabajar el doble de tiempo para pagar una especialidad”.

El Ministerio de Salud Pública (MSP) es la máxima autoridad regulatoria pero la multiplicidad de leyes orgánicas, reglamentos, acuerdos, resoluciones -y sus interpretaciones- se contraponen formando un caos inconstitucional que perjudican al recurso humano y vuelve ineficiente al Sistema de Salud.

La Ley Orgánica de Educación Superior, promulgada en octubre de 2010 y vigente hasta agosto de 2018 expresaba: “en ningún caso se podrá devengar la beca o ayuda económica con trabajo”. Una reforma posterior elimina ese precepto y deja a libre interpretación en un confuso reglamento, que vulnera -aún más- derechos básicos. Finalmente, los profesionales son sometidos a acuerdos, resoluciones y comités que discriminan a los médicos sin tomar en cuenta factores personales, sociales, etc.

Mientras el MSP anunciaba una convocatoria para contratar especialistas extranjeros para el hospital de Portoviejo. Un gran número de médicos becarios manabitas que “devengan” en otras provincias pugnaban por regresar a trabajar a su tierra. Hay casos dramáticos: una radióloga con un niño enfermo se le quería forzar a trabajar en un lugar alejado. Amenazada con coactiva, tuvo que endeudarse y pagar 110 mil dólares. Hay hospitales en donde se priorizó contratar especialistas foráneos en lugar de “devengantes” nacionales, expulsados lejos y donde no existen las condiciones ni de infraestructura ni de equipamiento elementales

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Una joven dirigente de la Asociación de Médicos Devengantes que reclamaba sus derechos, fue objeto de un comunicado oficial que la calificaba de “deshonesta” y “tendenciosa”. En ese pasquín no se desmiente con argumentos. Toman el camino de la ofensa y el insulto. Que ésta pléyade de valientes jóvenes no contaminados por la politiquería, sigan el ejemplo de Juan Tanca Marengo, Plutarco Naranjo, Rodrigo Fierro, pioneros de la salud pública ecuatoriana. De la decencia, la honradez, el sentido común. Es hora de cambiar. (O)

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Confirmado.net / LA HORA

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