Cree que está sufriendo la venganza de Odebrecht. El vicepresidente Jorge Glas proclama su inocencia en la trama de corrupción denunciada por los supuestos sobornos pagados a funcionarios públicos, entre 2007 y 2016.
El segundo mandatario aseguró, ayer en una entrevista radial, que no fue parte de ningún contrato firmado con la constructora brasileña. Tampoco, dijo, mantiene relación con su tío, Ricardo Rivera, detenido desde el viernes por supuesta asociación ilícita. La última vez que lo vio, contó, fue en la campaña electoral.
De todas maneras, Glas hizo su propia pesquisa: “Ningún contratista me dio quejas, he preguntado en los ministerios si lo conocen, no tengo respuesta”, aseguró.
Y, en la misma línea de discurso que ha mantenido desde hace meses, el vicepresidente repitió que ha sido investigado ‘por los ocho costados’ y no se han encontrado irregularidades. “No he tomado un dólar”, proclamó.
¿Por qué se siente perseguido? Glas cree “hay dos cosas que Odebrecht no me va a perdonar nunca”.