343 alumnos, abusados en cinco años

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Las mellizas apenas tienen 10 años. El pasado jueves entraron de urgencia al hospital de Ambato y allí permanecieron durante dos días, luego de que llegaran en una ambulancia. Las dos solo lloraban. Los abuelitos y sus papás no se separaron y poco a poco se supo lo que había sucedido: horas antes habían sido abusadas sexualmente por un hombre que se había ofrecido a llevarlas en su vehículo a los entrenamientos de basquetbol en el Polideportivo de Ambato.

Pero este no fue el único caso de agresión sexual que se registró esta semana. El martes, en Sangolquí, una niña de 14 años fue abusada por un vecino, mientras que el jueves la Dinapen (Policía de menores) rescató a una infante de 11 años que huyó de su casa porque su hermano, padre y abuelo materno abusaban de ella.

En todos los casos las menores presentaron fuerte secuelas emocionales: lloraban y tenían miedo, por lo que les realizaron exámenes psicológicos que determinaron que fueron víctimas de agresiones fuertes.

La Unicef, en una publicación sobre el abuso sexual a niños, señala que este tipo de violencia puede tener consecuencias físicas, psicológicas y sociales “graves a corto y largo plazos”. Además, asegura que las víctimas son vulnerables a “padecer enfermedades, trastornos psicológicos, estigmatización, discriminación y dificultades en las escuelas”. 

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