Según datos publicados por el SRI, en Ecuador se han intercambiado más de 1.350.780.332 facturas electrónicas. Una cifra demuestra que Ecuador está asimilando y consolidando la facturación electrónica, que es legal en el país desde 2002 y obligatoria desde 2013.
“Normalmente -comenta Carlos Velamazán, Director de la Unidad de Negocio América de SERES- el impulso de la factura electrónica por los gobiernos tiene como objetivo mejorar el control fiscal y reducir el fraude. Sin embargo, la experiencia de los países donde lleva años utilizándose demuestra que aporta importantes ventajas y beneficios a las empresas que la utilizan, como la reducción de costes, la mejora de la gestión del negocio, de los pagos y los cobros, la posibilidad de acceder a nuevas fuentes de financiación… “.
Actualmente hay cerca de 15.000 contribuyentes emisores electrónicos, tanto del sector público como del sector privado, y los documentos que, por ley, deben ser emitidos electrónicamente son las facturas electrónicas, las notas de crédito, las notas de débito, los comprobantes de retención y las guías de remisión.
En Ecuador existen dos sistemas de facturación en el país. El primero es el esquema online, muy similar a los que operan en el resto de países de la región, donde se emite la factura y se envía al SRI para autorización y una vez autorizada se envía al receptor. El segundo es el esquema offline, que será obligatorio a partir de 2018, y que se diferencia del primero al contemplar la emisión simultánea de la factura para el SRI y para el receptor.
Estas variaciones en el esquema de facturación han producido un cambio de tendencia en la decisión de las empresas en Ecuador, “Las empresas ante la solicitud del SRI piensan en que es un cambio tecnológico puntual -destaca Velamazán- pero la realidad es que requiere de un mantenimiento y que conlleva un cambio en la relación de las empresas con sus socios de negocio. En este sentido la mejor solución reside en apoyarse en un servicio que permita resolver este tipo de problemas, que cumpla con las normativas y legislaciones e, incluso, opere en soluciones mixtas que utilizan facturas en papel y en soporte electrónico”.
Modelo latinoamericano
Latinoamérica es actualmente una de las regiones en las que la factura electrónica está más extendida debido, entre otros motivos, al gran apoyo que los Gobiernos han dado al desarrollo de modelos para el intercambio electrónico de los comprobantes de pago.
La facturación electrónica se enmarca en las políticas de mejora del control tributario de estos países, ya que la aprobación de los comprobantes por parte de las agencias tributarias es imprescindible para que éstos tengan validez. Chile, México o Brasil fueron los países pioneros en la adopción del sistema al que se han sumado con decisión países como Ecuador, Perú, Costa Rica, Argentina, Uruguay… donde los gobiernos han optado por la obligatoriedad de su uso, haciendo que su crecimiento sea exponencial. “Cada vez nos encontramos con más casos de empresas ecuatorianas que, en su relación comercial con empresas de otros países de la región, precisan de una solución de factura electrónica capaz de cumplir con los requisitos normativos del resto de países” -añade Velamazán.
Confirmado.net / SERES