Nadie contaba con la lluvia, no estaba en los cálculos y los planes para enfrentar a Bolivia se vieron estropeados. Cuando todos esperábamos ver el poderoso fútbol de Ecuador, la verdad es que se vieron apenas unos destellos.
El agua empezó a caer 15 minutos antes de que empiece el partido y no ha parado hasta el final de la primera etapa. Eso no dio tiempo al personal responsable de la cancha para alcanzar a drenar el césped.
Además, por orden del cuerpo técnico de Gustavo Quinteros, la cancha se había regado dos horas antes de que arranque el cotejo de manera intensa. Todo eso hizo que se generen varios charcos a lo largo y ancho del terreno.
¿El resultado? Ecuador no pudo desplegar el rendimiento que tenía planificado. De hecho, durante los primeros minutos varios jugadores intentaron entregar la pelota a ras del césped, pero con el paso del tiempo se vieron obligados a levantar el balón.
Ecuador ha sido superior a Bolivia, ha generado más ocasiones, aunque los visitantes estrellaron una pelota en el poste del arco que defiende Alexander Domínguez.
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