«No vamos a descansar hasta que Chevron pague por todo el daño que hizo, hasta que cada planta este sana y hasta que las comunidades puedan vivir tranquilas», con estas palabras, Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz, invitó a mantenerse vigilantes y a cuidar los intereses del Estado Ecuatoriano dentro del caso Chevron III.

Ella participó  en la manifestación  de respaldo al Estado Ecuatoriano frente a los ataques y abusos cometidos por la transnacional Chevron-Texaco, no sólo por la afectación causada a la Amazonía ecuatoriana si no por la violación de los derechos de las comunidades de la zona y por las argucias judiciales que perpetró la empresa en el Tribunal de Arbitraje  de La Haya.

En su corta intervención, la líder indígena guatemalteca expreso su solidaridad con el pueblo ecuatoriano y comprometió a los asistentes a luchar juntos por la «justicia justa», sin manipulaciones y sin supremacía de los poderes económicos frente a la soberanía de los pueblos. 

Mientras se colocaba un guante negro en su mano derecha señaló que «esa mano negra no es sólo un símbolo. Si van a la Amazonía ecuatoriana y escarban en la tierra podrán encontrar el aceite quemado que aún está bajo la tierra».

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Hizo su intervención en nombre de todos los pueblos que son las «verdadera víctimas» de la destrucción y el irrespeto al medio ambiente cometido durante varias décadas por las transnacionales. En el caso de Ecuador,  «ahora Chevron-Texaco quiere ponerse como víctima del Estado después de que destruyó todos los recursos y la vida».

Según la Nobel son los pueblos los llamados a defender al país en un juicio que catalogó como ilegítimo y manipulador y como un atentado a la soberanía de Ecuador.

«Está no es la primera vez que escucho sobre actos como este por parte de Chevron-Texaco. Muchas comunidades de planeta han sido afectadas por ellos. Por eso estamos aquí, para evitar casos de ecocidio. No vamos a permitirlo», dijo. 

Confirmado.net/Cancillería 

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