El presidente de la República, Rafael Correa, durante la reunión de los países parte de la Convención Interamericana de Derechos Humanos o Pacto de San José, afirmó que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), se ha convertido en un fiscal de los Estados.
Además reiteró que la Comisión es la encargada de promover y proteger los Derechos Humanos, pero es la Corte la que tiene la capacidad de dictar medidas cautelares.
En este marco el Jefe de Estado planteó que la sede de la CIDH salga de Washington, Estados Unidos y se traslade a Buenos Aires Argentina.
En el conclave que se desarrolló en la ciudad de Guayaquil, Correa subrayó la contradicción de que la sede de la Convención esté situada en u Washington, país que no ha suscrito la Convención Interamericana de Derechos Humanos.
“Pagan para controlar a los demás en nombre de los derechos humanos, hasta cuándo vamos a soportar, ya basta de tanta hipocresía (…) No vamos a permitir ningún neocolonialismo”, dijo Correa en torno al financiamiento de la CIDH por parte de Estados Unidos.
Correa resaltó que la finalidad de dicha convención que reunió a 23 países, tiene como finalidad abrir un espacio franco y directo entre los estados representantes de los pueblos dueños del sistema con el objetivo de buscar acuerdos sobre mecanismos suficientes y efectivos para sus fortalecimiento, universalidad y transparencia.
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